Cocinar es la leche
Polos caseros o la forma más deliciosa de comer fruta

Una de las claves para conseguir un resultado perfecto en cualquier receta es usar buenos ingredientes. En este caso, vamos a escoger frutas de temporada, aprovechando que nos encontramos en la estación del año con mayor número de variedades a nuestro alcance: fresas, albaricoques, melocotones, arándanos, grosellas, piña… Las posibilidades son infinitas.
Pero, además, para conseguir ese toque de cremosidad que buscamos, nada mejor que la nata para cocinar de Pascual, una casa que lleva más de cincuenta años ayudándonos a destacar en la cocina y que ahora ha renovado su presentación con nuevos envases, más respetuosos con el medioambiente y fáciles de usar.
La autenticidad y naturalidad de sabor son las claves que marcan la diferencia, y todo gracias a la nata para cocinar de Pascual, que está elaborada con su mejor leche.
A todo lo anterior se le suma la apuesta de Pascual por el bienestar animal —certificado por AENOR tras la evaluación de cuatro principios: buena alimentación, buen alojamiento, buen estado de salud y comportamiento apropiado para las necesidades de su especie— y la sostenibilidad, ya que el 89% de los envases de la nata están fabricados con materiales procedentes de fuentes renovables a base de caña de azúcar y de cartón de bosques gestionados de manera responsable.
Receta realizada en Colaboración con Directo al Paladar.
Ingredientes
– 400 g de fruta congelada variada (arándanos, melocotón, fresas y plátano)
– 360 g de azúcar
– Zumo de ½ limón
– 6 claras de huevo
– 400 ml de nata líquida Pascual (35% MG)
Elaboración
Trituramos las frutas por separado y las vamos colocando en cuatro boles. A cada bol añadimos una cucharadita de zumo de limón y 80 g de azúcar. Mezclamos y reservamos.
Aparte, batimos las claras a punto de nieve con el resto del azúcar. Montamos la nata hasta que quede consistente. Repartimos las claras y la nata batidas entre los cuatro boles y mezclamos con una espátula realizando movimientos envolventes.
Vertemos cada mezcla en moldes de helados y guardamos en el congelador durante un mínimo de 8 horas. Sacamos del congelador unos minutos antes de servir y desmoldamos justo antes de degustar.
Consejos para cocinar con niños
Lograr que un niño se involucre en la preparación de una receta es muy sencillo, porque ellos están siempre dispuestos a ayudarnos en la cocina. Además de que pasarán un rato muy divertido con nosotros, aprenderán y desarrollarán habilidades creativas y fomentaremos en ellos el sentimiento de responsabilidad.
Cuando un pequeño entra en la cocina, debemos tener en cuenta su edad para saber qué puede realizar por sí mismo y en qué debemos ayudarle. También es importante adoptar una serie de medidas para evitar que se dañe o que ocurra algún tipo de accidente.
Cinco tips infalibles
1. Debemos procurar involucrar a los niños desde el principio. Dejar que nos ayuden a escoger la receta y que nos acompañen al supermercado para comprar los mejores ingredientes, como los que nos ofrece Pascual, es la mejor forma de hacerlo.
2. Hay que empezar por recetas fáciles y asequibles para la edad del niño, para que no se desmotive. Esta receta de polos caseros es ideal para que se inicien en la cocina.
3. No hay que dejar que usen cuchillos u otros utensilios cortantes o con los que se puedan dañar. El fuego es también un elemento peligroso que debemos vigilar de cerca. Si el pequeño tiene corta edad, lo mejor es que seamos nosotros quienes utilicemos los elementos potencialmente dañinos y dejemos que ellos realicen las tareas más fáciles.
4. Les encantará vestir su propio delantal para poder experimentar sin miedo a mancharse y descubrir nuevas texturas, sabores y aromas, enriqueciendo así su paladar.
5. La limpieza en la cocina es muy importante. Hay que enseñarles que deben lavarse las manos antes de empezar a cocinar y que los ingredientes, como las frutas, deben aclararse bien antes de usarlas. Al terminar, es conveniente que nos ayuden a recoger y lavar todos los utensilios que hayamos empleado, de este modo fomentaremos en ellos el hábito de la limpieza.
La mejor recompensa: degustar lo preparado
Cualquier niño estará impaciente por probar a qué sabe la receta que ha ayudado a elaborar con tanta ilusión, sobre todo si se trata de algo delicioso como estos polos de fruta. La cremosidad de la nata para cocinar de Pascual aporta ese toque diferencial a la receta, y hará que el pequeño quede enamorado de ella y nos pida repetir la experiencia muchas veces más.