Cocinar es la leche
Quiche de alcachofas y jamón

¿Cuál es el origen de la quiche?
De entre todas las tartas saladas que podemos preparar, la quiche es la más popular. Si, además, sustituimos la leche por nata para cocinar Pascual, obtendremos un resultado mucho más enriquecido y con el que conseguiremos triunfar ante nuestros invitados.
El origen de la quiche debemos situarlo a principios del siglo XVII en la región Lorena, en el noreste de Francia. Etimológicamente, el vocablo quiche proviene de la palabra küche, que significa tarta en el dialecto lorenés. Esta tarta salada consistía, en su origen, en una masa quebrada rellena de una migaine —mezcla de nata batida con huevos—, aromatizada con pimienta negra y nuez moscada molidas.
Con el tiempo, a la migaine se le añadió queso gruyère rallado y, más adelante, ya en el siglo XIX, se le incorporaron las pequeñas tiras o tacos de panceta magra, fresca o ahumada, que es la versión clásica de la quiche lorraine que conocemos de hoy en día, aunque hay muchas variantes de esta receta inicial, por ejemplo, con cebolla.
Receta realizada en Colaboración con Directo al Paladar.
Ingredientes
– 4 huevos
– 200 ml de nata Pascual para cocinar
– 120 g de taquitos de jamón ibérico
– 300 g de alcachofas en conserva
– 80 g de queso de cabra
– 1 lámina de masa quebrada
– Pimienta negra recién molida
– Sal
Elaboración
Precalentamos el horno a 180ºC. Forramos un molde redondo de bordes acanalados con una hoja de papel de hornear. Sobre el papel depositamos la masa, que deberá estar muy fría para manejarla mejor.
Pinchamos la masa con un tenedor. La cubrimos con otra lámina de papel de hornear, repartimos garbanzos, lentejas o arroz -de este modo la masa no se hinchará debido a su peso- y horneamos unos 15 minutos.
Pasado este tiempo, retiramos el papel con el ingrediente escogido para dar peso y horneamos 5 minutos más para que se dore bien la masa. Sacamos el horno y reservamos.
Mientras, cortamos el queso en trocitos. Batimos los huevos con la nata. Salpimentamos, añadimos los taquitos de jamón, las alcachofas y el queso troceado. Removemos bien y vertemos la mezcla sobre la masa, procurando que los ingredientes queden bien repartidos.
Horneamos 30 minutos o hasta que el relleno esté cuajado. Si los bordes de la masa se empezaran a quemar, podemos cubrir la quiche con una hoja de papel de hornear.