Nutrición
Características de la leche desnatada y propiedades

La creciente concienciación por el cuidado de la salud en los últimos años ha ido aumentando la búsqueda de una alimentación saludable y esto ha ido unido a un aumento exponencial en los niveles de consumo de leche y lácteos desnatados en nuestra sociedad.
Los lácteos desnatados surgen para ofrecer al consumidor nuevas variedades, que se adaptan a las preferencias y necesidades en todas las etapas de la vida.
¿Cómo se obtienen los lácteos desnatados?
Para obtener leche desnatada, simplemente se realiza un proceso físico por el cual se separa la fracción grasa de la leche de la fracción no grasa. Una vez separadas ambas fases, se somete a un proceso denominado normalización, por el cual se añade a la fracción no grasa de la leche el porcentaje de grasa necesario para obtener la variedad de leche deseada. En el caso de la leche entera, este porcentaje es de un mínimo de 3,5 %, en el caso de la leche semidesnatada entre 1,5 y 1,8 % y en el caso de la desnatada, máximo 0,5 %.
¿Los desnatados pierden sus propiedades con respecto a los lácteos no desnatados?
Al margen de la reducción en la fracción grasa de la leche, las características del producto, ya sea en el caso de la leche como en el caso de los derivados lácteos, no se modifican en gran medida. Se produce reducción en ciertos minerales y vitaminas, si bien en algunos casos son mínimos. En el caso de la leche entera frente a la desnatada, las más notables serían la pérdida de la vitamina A, la vitamina E o la reducción en el contenido de selenio.
En otros casos las pérdidas son poco relevantes, como es el caso del calcio, que apenas se ve reducido, así como el potasio. Por otro lado, en algunos casos incluso puede producirse algún incremento, como puede ser el contenido de yodo, que se ve multiplicado por 2, o el contenido de niacina o vitamina B32.
¿Cuáles son las características de los lácteos desnatados?
Ya hemos visto que, a nivel nutricional, al margen de la reducción de grasa, no presenta grandes diferencias, por lo que las características tampoco varían en exceso.
Tanto los lácteos enteros como los desnatados representan una fuente de calcio interesante. En ambos casos, el contenido de lactosa tanto en leche como en derivados lácteos es igual o muy similar, por lo que consumir el producto desnatado no presenta diferencias.
Por otra parte, la reducción en el contenido graso lleva asociada como contrapunto una menor sensación de saciedad y cuerpo del alimento, debido a las calorías que el alimento deja de aportarnos y a un ligero cambio en cuanto a sus propiedades organolépticas. Los productos desnatados se sienten más ligeros en el paladar y con un sabor algo menos acusado, dado que la fracción grasa es responsable en todos los alimentos de una parte importante de la textura y el sabor de este.
Podemos decir por lo tanto que la leche desnatada tiene un valor nutricional muy similar al de la leche entera, pero con menor contenido graso, y que las características organolépticas en ambos casos son similares, la elección de consumo entre una y otra resulta básicamente en la cantidad de calorías provenientes de la grasa láctea. En el caso de que requiramos en nuestra dieta un menor aporte energético y de grasas, podemos optar por la leche y derivados lácteos desnatados.