Nutrición
Diversifica tus platos con nata

La nata es la materia grasa de la leche de vaca, de color blanco y consistencia untuosa. Durante mucho tiempo este producto sólo se utilizó para elaborar mantequilla, pero a lo largo del siglo XX, la nata se ha ido convirtiendo en el ingrediente básico de algunas cocinas regionales. Existen expresiones como la crème de la crème o la flor y nata, haciendo referencia a lo selecto y lo excelente.
Destaca su aporte en vitamina A, que es superior al contenido de la leche entera de la que procede, (por ejemplo, en la nata montada y en la nata líquida para cocinar con 35% de grasa) y aporta también gran cantidad de vitamina D.
¿Conoces todas las variedades de la nata?
Existen una clasificación y denominación variada de distintos tipos de nata, según diferentes criterios:
- Por su origen:
- Nata o nata de vaca: producto obtenido exclusivamente a partir de la leche de vaca.
- Nata elaborada con leche procedente de otras especies animales (oveja, cabra): se debe indicar en su denominación la especie o especies animales (en caso de mezcla de leches) de la cual procede la leche empleada para tal fin.
- Por su proceso de obtención:
- Nata ácida (también llamada nata fermentada)
- Nata dulce
- Por su composición:
- Doble nata (>50% en materia grasa).
- Nata (con un mínimo del 30% y menos del 50% de materia grasa).
- Nata ligera o delgada (con un mínimo del 12% y menos del 30% de materia grasa).
- Por el tratamiento térmico:
- Nata pasterizada
- Nata esterilizada
- Nata esterilizada UHT
- Por el tratamiento de conservación:
- Nata envasada bajo presión
- Nata homogeneizada
- Nata congelada
- Nata en polvo
- Por incorporaciones en la fabricación:
- Nata batida o montada
- Nata para batir o montar
¿Qué platos o postres puedo elaborar con nata?
Para diversificar tus platos, puedes utilizar la nata que más se adapte a tus necesidades, por ejemplo: la nata líquida para montar o cocinar, gracias a su contenido graso es perfecta para montar y utilizarla en multitud de postres. Por otro lado, la nata ligera, resulta perfecta para realizar platos salados ya que aporta cremosidad en salsas y cremas. También puedes utilizar la nata montada, a la cual le han incorporado aire u otros gases inocuos para aumentar su estabilidad.