Nutrición
El papel de la leche en la alimentación complementaria

Alimentación complementaria
Según la definición de la Organización Mundial de la Salud (OMS), la alimentación complementaria es «el proceso que comienza cuando la leche materna ya no es suficiente por sí sola para satisfacer las necesidades nutricionales de los bebés, de manera que es necesario incluir «otros alimentos y líquidos” además de la leche materna en la alimentación de los pequeños’’1.
La introducción de alimentos complementarios es necesaria tanto por razones nutricionales como de desarrollo, y en conjunto, todo este período constituye una etapa importante en la transición de la alimentación con leche materna a la alimentación familiar2.
La importancia de la leche en la alimentación complementaria
En primer lugar, según los objetivos de pediatría, para conseguir un estado óptimo de salud y prevenir ciertas enfermedades que puedan repercutir en la edad adulta es necesario seguir una serie de recomendaciones alimentarias que permitan a los pequeños obtener todos los nutrientes necesarios para su correcto desarrollo, así como les ayuden a adquirir unos hábitos de alimentación saludables3.
En la actualidad las necesidades o requerimientos nutricionales vienen marcadas por lo que se denominan ingestas diarias recomendadas (IDR), las cuales hacen referencia a la cantidad que, de media, por edad y sexo, se necesita de los distintos nutrientes para prevenir su deficiencia y los riesgos asociados a estas. Así, en función del tipo de nutriente del que hablemos, será necesario el consumo de unos u otros grupos de alimentos para llegar a cubrir los requerimientos mínimos en cada colectivo.
Para el caso concreto de los lácteos, y particularmente en el caso de la leche de vaca, su introducción en la alimentación se aconseja a partir del primer año de vida; y, desde ese momento, se convierte en un alimento ideal para cubrir las ingestas recomendadas de calcio en la primera infancia3.
En términos generales se recomienda una ingesta de 500-1000 ml de leche o derivados lácteos diarios3, según la edad del niño, pues al ser este grupo de alimentos una fuente de calcio4 facilita cubrir los requerimientos de este mineral al formar parte de la dieta habitual de los más pequeños.
Por su parte, a partir de los 6 meses, se pueden empezar a introducir yogures elaborados con leche adaptada y, posteriormente, alrededor de los 9-10 meses, se pueden dar yogures naturales de leche de vaca entera y pequeñas cantidades de leche3 o utilizarla con moderación en preparaciones como cremas y purés.
¿Cuándo se debe introducir este tipo de alimentación?
Para iniciar la alimentación complementaria se deben tener en cuenta múltiples factores tales como la capacidad del niño para hacer la digestión y absorber los distintos tipos de nutrientes, la edad, así como también las habilidades sociales y motoras adquiridas por el bebé. Además, a eso se añade que a partir de cierta edad (6 meses aproximadamente), la leche materna deja de ser un alimento completo para los pequeños.
Esto es debido al rápido crecimiento del bebé durante los 24 primeros meses de vida y a la elevada demanda, tanto energética, como nutricional, que ello conlleva.
Ambos factores provocan que el amamantamiento por si sólo ya no pueda asegurar un aporte nutricional suficiente, que garantice el adecuado crecimiento y desarrollo del lactante y hace necesario comenzar a introducir otros alimentos distintos a la propia leche de la madre5.
En general, este período de introducción y presentación de nuevos alimentos va desde los 6 hasta los 18-24 meses de edad y supone una importante etapa en la nutrición del bebé ya que, de no llevarse a cabo adecuadamente, podría dar lugar a un estado de malnutrición nada deseable en la primera infancia6.
En conclusión, es importante ofrecer al bebé una alimentación variada y equilibrada e introducir poco a poco todos los grupos de alimentos (frutas, verduras, legumbres, carne, pescados y huevos) a partir de los 6 meses. Así mismo, destacar la necesidad de la introducción de la leche de vaca a partir de un año, con el objetivo de asegurar el adecuado desarrollo del bebé.
1 WHO (World Health Organization). 2002. Complementary Feeding. Report of the Global Consultation. [Internet] Génova. 2001. Summary of Guiding Principles. Disponible en: http://www.who.int/nutrition/publications/Complementary_Feeding.pdf.
2 Fewtrell, M. et al. Complementary Feeding: A Position Paper by the European Society for Paediatric Gastroenterology, Hepatology, and Nutrition (ESPGHAN) Committee on Nutrition. JPGN 2017;64: 119–132.
3 Luis Peña Quintana, Luis Ros Mar, Daniel González Santana, Ramiro Rial González1 et al. Alimentación del preescolar y escolar. Complejo Hospitalario Universitario Insular Materno-Infantil. Las Palmas de Gran Canaria. Universidad Las Palmas de Gran Canaria. Hospital Universitario Miguel Servet Zaragoza.
4 Datos en función del contenido de calcio en 100 ml/100 g de leche, yogur y queso de vaca. Base de datos Española de Composición de Alimentos. BEDCA.
5 CA Cuadros-Mendoza, MA Vichido-Luna, E Montijo-Barrios, F Zárate-Mondragón et al. Actualidades en alimentación complementaria. Acta pediatr. Méx vol.38 no.3 México may./jun. 2017.
6 Sepeap: Sociedad Española de Pediatría Extrahospitalaria y Atención primaria. Leche e infancia: ¿Un binomio olvidado? 8 sept. 2015